𝐍𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫 𝐢𝐫. Nos aferramos con fuerza a la expectativa creada acerca de una pareja, o de una amiga… también a la visión que una vez tuvimos acerca de un proyecto o trabajo por el que ya no tenemos ninguna ilusión. Nos cuesta dejar ir el dolor que sostenemos por cosas que pasaron hace mucho tiempo, e incluso sentimos apego por las palabras que decimos y tantas cosas más…Nos cuesta también dejar ir la sensación creada por las palabras que nunca fueron dichas… es díficil decir adiós.
Dejar ir es crear espacio para lo nuevo.
Dejar ir es re-orientar nuestra energía y dedicársela a aquellas personas y cosas que nos suman y sacan lo mejor de nosotras.
Dejar ir es el resultado de tu capacidad de elección.
Dejar ir es dejar de alimentar ciertos sentimientos, y dejar de atrincherarnos en ciertos pensamientos que nos limitan.
Cuando dejamos ir, dejamos de hacer fuerza para retener. Dejamos de usar fuerza para resistirnos a aquello que nos crea incertidumbre - ａｃｅｐｔａｍｏｓ - Nos relajamos. Y es entonces cuando nuestro cuerpo realmente se abre al disfrute, eleva su frecuencia y está en condiciones de recibir todo aquello que deseas.
Si la voz del miedo suena alto en tu organismo y dice cosas como ‘nunca conseguirás otra oportunidad como ésta, o que lo estás tirando ‘todo’ por la borda, o que esta historia es irrepetible…etc te animo a que te sientes contigo y hagas lo siguiente:
.Reconoce el dolor y el miedo que albergas. Es imprescindible reconocerlo y sentirlo para aceptar.
Aplica Amor en forma de atención. Para mí el Amor es el purificador para cualquier situación. Conecta con esa energía de amor que vive dentro de tí (yo la llamo Guía Interna)y que sólo mira a lo positivo y a las oportunidades de crecimiento con gratitud. Pregúntale: ¿Qué diría el Amor si fuera persona?
𝐃𝐞𝐣𝐚𝐫 𝐢𝐫 𝐞𝐬 𝐞𝐥𝐞𝐠𝐢𝐫𝐬𝐞, 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝐀𝐦𝐨𝐫. Tú eres pieza imprescindible en tu puzzle de la Felicidad. Deja de forzar y ayúdate a fluir🌬Esta vida es un volver a empezar tantas veces como tengamos la oportunidad de hacerlo♡